Con el retraso de los procesadores de 10nm, La Ley de Moore parece que está cerca de no cumplirse.
La Ley de Moore , el enunciado que asevera que la complejidad de los componentes se multiplica aproximadamente por 2 cada año está tambaleándose, y lo cierto es que no es ninguna sorpresa. El propio Gordon Moore, al momento de enunciar la ley que lleva el mismo nombre, ya aseguraba que se trataba de un paradigma con fecha de caducidad. Y nada más lejos de la realidad, pues el último anuncio de Intel, precisamente la compañía en que nació este enunciado, pone en tela de juicio la continuidad de Ley de Moore tal y como la conocemos.
¿Y cómo es eso posible si la Ley de Moore se lleva cumpliendo casi desde el principio de los procesadores? Fácil, la tecnología ya no avanza tan rápido como antes, y si lo hace, parece que no es necesario mantener esa carrera hacia adelante una y otra vez. Ha sido la propia Intel, que ha confirmado que entre sus planes entra el desarrollo de una tercera generación de procesadores de 14 nanometros, retrasando hasta el segundo trimestre de 2017 el desarrollo y lanzamiento de chips de 10nm y pone fin a la carrera, al menos de momento, de cumplir la Ley de Moore en cada generación de procesadores.
Esta transición hasta los 10nm ha relajado los planes de Intel hacia 2017, cuando en un primer momento todo parecía apuntar a un lanzamiento a partir de 2016, pero esta ventana estará ocupada por un tercera generación de procesadores de 14nm. Al igual que los procesadores de tipo Skylake, seguirá con la arquitectura actual, pero se espera que, con todo, la renovación de esta generación amplíe la potencia y disminuya el consumo, como viene haciendo la compañía hasta ahora, pero sin dar el salto.
La situación, por tanto, genera una serie de dificultades para mantener el ritmo y poder cumplir con la Ley de Moore: duplicar la densidad de los transistores cada 18 o 24 meses.
Agradecemos a Alberto J. Sánchez
Fuente: http://bit.ly/1l2tCZH
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