Según el CEO de Nokia, cuando acabe el acuerdo con Microsoft en 2016, volverán a la telefonía. Analizamos las claves de ese regreso, que traerá a una nueva compañía, pero no a la vieja Nokia.
Creo que si nos preguntan por la caída en desgracia de Nokia, casi todos coincidiremos en que una vez que consiguieron buenos productos, dejaron de iterar y no supieron adaptarse a la realidad del nuevo mercado que abrió primero el iPhone y más tarde expandió Android. Siguieron apostando por Symbian y hasta que no se aliaron con Microsoft para usar Windows Phone no podemos decir que se modernizaran, pero aquello llegó y el final lo conocemos. La división móvil de Nokia fue comprada e integrada dentro de Microsoft, y como supimos la semana pasada, ya queda poco de ella debido a los despidos.
Pero la Nokia finlandesa que admirábamos sigue existiendo con su nombre, centrada sobre todo en lo que siempre se le dio bien además de la telefonía, el negocio de la infraestructura y redes, y en menor medida a los mapas, los cuales están en proceso de ser vendidos. Sin embargo, cuando menos lo esperábamos, se lanzó la Nokia N1, y eso nos hizo volver a tener cierta ilusión, hasta que vimos de qué se trataba realmente. Incluso aunque era Nokia quien diseñaba y Foxconn la compañía que licenciaba y producía, el diseño era casi una copia calcada del iPad, lo que dice mucho de esta "nueva vieja Nokia".
Está claro que no deberíamos haber esperado productos revolucionarios, pero si presumen de usar su excelente equipo de diseño ("el mismo que hizo grande a Nokia") copiar otro producto y poner encima el sello de Nokia no parece la mejor estrategia para lavar y relanzar tu ya poco potente imagen. De hecho, tendrían tantos problemas de patentes y derechos con la Nokia N1 fuera de China que no pueden comercializarla fuera por copyright, de manera similar a lo que ocurre con marcas como Xiaomi en Europa y Estados Unidos.
En los últimos días hemos sabido de manera oficial que Nokia planea volver a fabricar teléfonos móviles. Como expliqué en su día, Nokia no puede hacer nada hasta finales de 2016 en el campo de la telefonía, debido a los acuerdos en la compra de Microsoft. Ahora están buscando un partner que haga el trabajo pesado, como hizo con Foxconn en la N1 en su día.
Y si todo lo que podemos esperar es un nuevo dispositivo genérico que copie otros diseños industriales, el regreso de Nokia no será tal, sino que sólo volverá un mítico nombre, alejado de la excelencia que a muchos nos hizo enamorarnos de la tecnología. ¿No es una postura pesimista? Lo es, pero todo lo que ha ocurrido con Nokia no deja mucho lugar al optimismo. Además, Nokia ahora mismo es una compañía relativamente pequeña, sin mucho poder financiero, por lo que no podría recontratar (a algunos incluso por contrato) a grandes nombres que ahora trabajan para Microsoft o incluso Apple.
El talento está en el mercado, pero sin los principios de Nokia. Toda esta operación, recuerda mucho a lo que ayer comentabámos de Commodore. Una compañía desesperada que tiene una gran marca comercial (aunque ese es el mismo plateamiento por el cuál Nokia nunca caería, su fuerza comercial) y quiere aprovecharla sin aportar más.
A todos nos llega un final, y los mejores días de Nokia quedaron lejos para siempre
Lo que debe tener en cuenta Nokia es que el mercado no es lo que era en los 90 y a principios de siglo. De las compañías que venden globalmente, prácticamente sólo Apple y Samsung están ganando dinero, y lo hacen porque diferenciación en ciertos aspectos. Un viejo nombre y la nostalgia no son esa diferenciación, y menos usarlo sobre un hardware genérico que copia, sin patentes que puedan ser usadas (Microsoft tiene 10 años de derechos sobre ellas) y con una versión simple de Android (no tienen otra posibilidad sin recursos). Hay fabricantes asentados haciendo buen trabajo con mayor capacidad. Un producto como la N1 no es la solución para triunfar.
Agradecemos a Antonio Sabán
Fuente: http://bit.ly/1l2tCZH
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